miércoles, 17 de mayo de 2017

600 croquetas

—Jane, basta ya.
—¿No hemos venido a esto?
—No. Sabes que no.
—Recoger datos. Compactar datos. Enviar datos. Creo que eso es exactamente lo que hacemos.
(Por fin cuelga el teléfono con su brazo mitad humano mitad tentáculo).
—¿Sabes qué hacen en casa con los datos duplicados, Fonda?
—¿Qué hacen, Jane?
—Los desechan. No sirven para nada, amigo.
(En la televisión una joven Jane Fonda se cambia de ropa intergaláctica mientras gravita por la pantalla). (Los dos seres miran embobados).
—A mí me sirven.
—Me gustaría que especificaras qué te han aportado las trescientas noventa y nueve croquetas que has ingerido después de la primera. Qué te aportarán las doscientas que has pedido ahora.
(Silencio de Jane). (Duda). (Responde).
—Confirmar la primera sensación.
—¿Qué sensación?
—Placer.
(Fonda se lleva los tentáculos a los orificios sensoriales). (Su raza lo hace cuando se enfadan demasiado, para evitar así incinerar el entorno). (Lanza palabrotas para descargar rabia).
—¿Por qué me asignaron a un hedonista?
(Jane cambia de color).
—¿Y a mi un aburrido?
—¿Aburrido? He dejado que elijas nuestros nombres porque te has enamorado de la humana esa.
—¡No me he…!
(Golpean a la puerta). (Se escucha  a una joven canturrear servicio habitaciones con un tono tenso).
—¡Las croquetas!
(Los dos seres desaparecen). (La joven entra de puntillas en a la habitación).

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